A través de un testamento, una persona declara de manera voluntaria lo que quiere que se haga con sus bienes cuando fallezca. Muchas personas desconocen cuestiones muy importantes relacionadas con los testamentos. Por ejemplo, si existen ventajas fiscales de hacer un testamento o si los planes de pensiones forman parte de la masa hereditaria. En este artículo, nos centraremos en conocer si realmente existe una diferencia entre tener testamento y no tenerlo y si, desde el punto de vista de la fiscalidad, existe algún beneficio. ¡Vamos a ello!
¿Por qué es tan importante dejar un testamento?
Más allá de las ventajas fiscales de hacer un testamento que todos debemos conocer, hay una cuestión que es clave: el testamento, básicamente, le facilita las cosas a nuestros herederos llegado el momento de nuestra muerte. Es un acto que da tranquilidad y seguridad jurídica y que le facilita el camino a los herederos en lo relacionado a trámites a realizar en el momento de la adjudicación de la herencia.
¡Es recomendable, pero no obligatorio! Si no hacemos un testamento lo que pasará es que los familiares tendrán que hacer una consulta en el Registro General de Últimas Voluntades para confirmar si, en vida, el difunto hizo o no un testamento. En caso de que no exista, será la Ley la que determine quiénes tendrán derecho a heredar siguiendo un orden de parentesco establecido.
Ventajas fiscales de hacer un testamento
Algunos expertos consideran que realmente no existen ventajas fiscales de hacer un testamento. Otra cosa es que resulte mucho más barato dejar un testamento que hacer el acta de declaración de herederos obligatoria (proceso para saber quiénes van a heredar los bienes, derechos y obligaciones de un fallecido).
Otros profesionales en fiscalidad no comparten esta opinión. Además de servir para mejorar la calidad de vida de determinados descendientes y aumentar el haber del cónyuge u otros familiares cercanos, un testamento bien planificado no solo permite reducir de manera significativa los trámites burocráticos que implica el fallecimiento de una persona, sino también dar con las alternativas fiscales más favorables. En ningún caso, podemos plantearnos la posibilidad de evitar el pago de impuestos.
Otras ventajas fiscales están relacionadas con el impuesto de sucesiones. Y es que, existen ciertas “deducciones” de las que se podrán favorecer los herederos siempre y cuando el fallecido haya dejado por escrito su voluntad respecto a su patrimonio.
Veámoslo con un ejemplo: supongamos que una madre cede en vida una parcela a su hija, quien años más tarde decide construir en el terreno una casa. ¿Qué sucedería si la madre fallece y no deja constancia de que en vida cedió la parcela a su hija y que no es parte de la herencia actual? Lo más probable es que la hija tenga que hacer frente al impuesto de sucesiones que es el tributo que se paga a una persona al recibir una herencia o donación de bienes en vida que aumente su patrimonio.
Sin lugar a dudas, hablar de las consecuencias fiscales de una herencia es un tema muy complejo que amerita contar con el acompañamiento y asesoramiento de un experto en el asunto.
Desde Allianz, te recomendamos contar siempre con la ayuda de un experto, ya sea un abogado o un asesor en temas de fiscalidad. También puedes apoyarte en tu compañía de seguros y aprovechar los servicios complementarios que esta ofrezca. Algunas aseguradoras ofrecen, sin coste adicional, servicios de redacción de testamento online o digital.