Evidentemente, ante un incendio en casa lo más importante es poner a salvo nuestras vidas, siempre intentando que las vías de salida sean las que menos humo tengan, pues éste puede llegar a ser más peligroso que las mismas llamas: en cuestión de minutos podrías quedar inconsciente y fallecer.
Aunque el primer impulso sea intentar salvar cosas que crees importantes (documentos, objetos con valor sentimental), no te pares a recoger nada porque corres el riesgo de perder minutos que pueden ser cruciales y marcar la diferencia. Todo lo que tienes dentro está cubierto por tu seguro de casa, que tendrá que hacer una evaluación propia después del siniestro para determinar el valor total de los daños y estipular la manera de cubrirlos.
Para salir de una casa en llamas, lo más recomendable es hacerlo cuanto más agachados mejor, pues en el suelo siempre hay más aire limpio (recordemos que el aire caliente siempre sube). Lo principal es llamar a los bomberos al 112; ellos nos pueden guiar para intentar aplacar las llamas, evacuar o actuar en contra del incendio mientras llega una unidad preparada para extinguirlo. En España, la media de respuesta de los bomberos ante una llamada de emergencia está entre los ocho y los diez minutos.