Uno de los siniestros que pueden aparecer en los edificios tienen relación con las grietas y fisuras. Por ello, es habitual alarmarse cuando alguno de estos daños surge en una comunidad de vecinos. Sin embargo, conviene mantener la calma, ya que existen diferencias importantes entre estos dos conceptos, y además un seguro para comunidades puede llegar a asumir los costes para su reparación.
Por una parte, una fisura es un daño estético que surge cuando se producen cambios en los materiales externos. Es más estrecha que las grietas y no implica un daño estructural, lo que quiere decir que el presupuesto para su solución será asequible. De modo que su aparición no entraña un peligro para el edificio siempre que mida menos de un milímetro.
En cambio, una grieta es bastante más ancha y aparece cuando se producen problemas en la cimentación o la estructura debido a vibraciones —como cuando hay un terremoto— o un mal cálculo de las cargas. Por ello, cuando aparece es fundamental encontrar su origen y saber si el seguro de la comunidad cubre grietas en el edificio.