La concurrencia del seguro del hogar y de la comunidad se da cuando dos o más aseguradoras cubren el mismo incidente a la vez, es decir, varias compañías de seguros se hacen responsables del siniestro por partida doble. Lejos de ser beneficiosa, esta situación puede provocar más de un quebradero de cabeza, pues son las compañías las que deben acordar cómo indemnizar el daño.
Un ejemplo donde podría darse concurrencia en el seguro del hogar y de la comunidad es en la rotura de los cristales de la fachada. En este caso, los cristales de las viviendas cuyas ventanas se encuentren en la fachada del edificio podrían estar incluidos tanto en la póliza de la comunidad como en la del hogar.