1. Realiza todas las reparaciones. No lo dejes para último momento ni mucho menos para el inicio de la buena temporada, pues te podrías arrepentir de no haber ganado tiempo suficiente durante el invierno. Aprovecha para restaurar todas aquellas piezas o partes que estén deterioradas por el uso o por el clima mismo.
2. Busca un lugar seguro para resguardarlo. Ya sea que lo dejes en el agua o en tierra, es aconsejable usar una lona para proteger tu embarcación. Cuando prefieras dejarlo fuera del mar, es imprescindible buscar un lugar seguro y contar con una póliza que te cubra en situaciones de robo.
3. Limpieza. Antes de guardar tu barco en un lugar seguro, tendrás que realizar una limpieza exhaustiva de todas las zonas. Un correcto mantenimiento de embarcaciones de recreo implica enfocarse en los suelos, cubierta, herrajes y molduras. No te olvides de quitar las velas y lavarlas adecuadamente con un jabón suave.
4. Cuida el motor. Esta es una de las cuestiones más importantes, puesto que de él depende el buen funcionamiento de tu embarcación. Asegúrate de usar un buen anticongelante para eliminar el agua salada que tanto daño causa. Asimismo, aprovecha el momento para cambiar el aceite y los filtros.
5. Revisa la batería y el sistema de luces. Como parte del mantenimiento de embarcaciones, es apropiado revisar el estado de la batería. Para evitar que se estropee, es importante cargarla cada mes, pero sabemos que esto puede ser prácticamente imposible si vives en otra ciudad. En su lugar, te recomendamos utilizar un cargador permanente, instalar un panel solar o simplemente desconectarla. Revisa que las bombillas no estén fundidas y que todas las luces funcionen perfectamente. Esto forma parte de tu seguridad.