Quienes optan por esta práctica ilegal no discriminan entre barrios acomodados y humildes. De hecho, son pocas las viviendas que están exentas de sufrir esto. Sin embargo, existen algunas circunstancias que aumentan el riesgo de que el domicilio acabe en manos de okupas: las segundas residencias y los periodos vacacionales.
Aunque es poco frecuente y el riesgo es menor, la ocupación de la vivienda habitual puede producirse durante una simple escapada de fin de semana o un viaje en las vacaciones. En cambio, las segundas residencias, aunque pueden asegurarse, suelen estar desprotegidas durante mucho tiempo, de modo que la probabilidad de que esto suceda aumenta.
Independientemente de que el peligro sea mayor en los domicilios que pasan mucho tiempo vacíos, los okupas pueden fijarse en tu casa y el seguro de vivienda puede ofrecerte las medidas adecuadas para resolver este escenario.