La mayoría de los elementos adicionales de seguridad reducen el riesgo de siniestro. Por esta razón, algunas compañías de seguros valoran positivamente que la vivienda cuente con medidas de protección complementarias, como pueden ser las alarmas. De hecho, instalar estos dispositivos disminuye la posibilidad de que se produzca un robo y el precio final del seguro será más reducido.
No obstante, esta decisión depende de la entidad aseguradora y, también, del tipo de alarma con la que se equipe a la vivienda. Pues, no todas son iguales.
Las alarmas de seguridad para un domicilio pueden ser de 3 tipos:
● Ficticias: simulan que la vivienda está protegida, pero no pertenecen a un sistema de seguridad.
● Sin centralita: la mayoría de estas alarmas suelen ser detectores de movimiento que dan el aviso a los propietarios o a los vecinos a través de un sonido de 120 decibelios.
● Con centralita: permanecen conectadas de forma inalámbrica o mediante un cable a una central. Si se produce un incidente, se avisa de inmediato a la policía o a una empresa de seguridad privada.
Por norma general, las únicas alarmas que pueden tener un impacto en el precio final del seguro de hogar son con centralita, ya que cuentan con un sistema de monitorización y activan el protocolo ante un posible robo. De hecho, este no solo es el más efectivo, sino el que genera más efecto disuasorio. Sumado a la presencia de placas de aviso, existe una alta probabilidad de que los ladrones desistan del hurto o que las consecuencias del mismo se reduzcan.
No obstante, conviene revisar las condiciones de la póliza, ya que la compañía aseguradora podría contemplar, de manera exclusiva, la cobertura del siniestro solo si la alarma funciona correctamente.