Antes de convertirte en el mejor anfitrión, lo primero que debes revisar es la norma que regula la comunidad autónoma donde se encuentra tu propiedad, puesto que cada una posee su propia legislación en materia turística. En Madrid, por ejemplo, existen ciertas restricciones en función de la ubicación de la vivienda y se exige que todo alquiler vacacional cuente con un acceso independiente al edificio para moderar la convivencia entre vecinos.
Por su parte, en Valencia, para alquilar una casa por un día o más, el inmueble no puede compartir planta con las viviendas residenciales y no está permitido destinar más del 50% de un edificio a la actividad turística. Como ves, los requisitos administrativos varían significativamente en cada autonomía, por lo que es imprescindible averiguar si necesitarás tramitar una licencia o liquidar algún tipo de impuesto.