El descanso no es un concepto monolítico, sino una necesidad multidimensional que abarca el descanso mental, emocional, físico, social y sensorial.
Tiene beneficios neuropsicológicos significativos que impactan positivamente en diversas funciones cerebrales. Dormir bien mejora la memoria y facilita el proceso de consolidación de la información, permitiendo que lo aprendido durante el día se almacene de manera más efectiva.
Además, el descanso adecuado optimiza la capacidad de atención y concentración, reduciendo la fatiga mental y mejorando el rendimiento cognitivo. También juega un papel crucial en la regulación emocional, ayudando a equilibrar las respuestas emocionales y disminuir la reactividad frente al estrés.