Quedarte sin frenos mientras vas a alta velocidad en la autopista es la pesadilla de muchos conductores y es un hecho que, aunque no es demasiado común, sí es probable si no tomamos en cuenta ciertas medidas de seguridad y precaución. La primera de ellas es la prevención, que solo es posible con un buen mantenimiento del sistema mecánico (como el que es posible con tu seguro de coche Allianz), incluyendo las pastillas de freno, que requieren reemplazo cada cierto tiempo.
Los coches modernos tienen herramientas tecnológicas para avisar cuando el sistema de frenado está fallando por alguna razón, pero también hay indicadores que te facilitan el proceso de detección de fallos: neumáticos que chirrían al intentar frenar, un pedal de freno al que haya que aplicarle más fuerza de la habitual o un pedal que frene poco suelen ser indicativos de tener poco líquido de frenos, de pastillas desgastadas o de ‘fading’ o fatiga, es decir, que estén perdiendo fricción.