Viajad, perded el miedo. Muchas familias apuestan por quedarse en casa por miedo a que visitar nuevos lugares y culturas sea inseguro para los más pequeños. Probablemente sea necesario modificar algunas de vuestras costumbres, enfocar los viajes de forma diferente a lo habitual, tener más paciencia, ir con más tiempo y/o adecuar el ritmo de la expedición.
La clave está en planificar. Para huir de los contratiempos, es esencial tener los aspectos claves del viaje planificados al máximo; desde saber a dónde vais a ir y dónde os vais a alojar, hasta saber qué medio de transporte vais a utilizar para llegar a vuestro destino. Conocer con antelación actividades y lugares interesantes que visitar, además de saber qué documentación es necesaria, es esencial para que el viaje salga bien.
Contratad seguro de viaje. Si viajáis al extranjero, especialmente a países fuera de la Unión Europea, es importante tener contratado un buen seguro de viaje que os permita estar tranquilos ante cualquier situación imprevista. Los riesgos asociados a viajar son varios, y es por eso que hacerlo protegido es importante. El seguro os permitirá además de disfrutar más de vuestro destino, saber que estáis protegidos en caso de necesitar asistencia médica, asistencia en viaje, seguro por anulación, pérdida de maletas…
Llevaros el equipaje justo. Tendemos a tener la necesidad de llevarnos demasiadas cosas innecesarias en nuestras maletas que finalmente no usamos durante el viaje. Nos dejamos llevar por el “y si…” y terminamos cargando más equipaje del realmente necesario. De ahí la importancia de hacer la maleta de forma minuciosa. Realizad una lista antes de hacer las maletas con todo lo imprescindible y recordad que allá dónde viajéis siempre podéis encontrar una solución en caso de tener imprevistos.
Tomároslo con calma. Las rabietas de los más pequeños no son bien recibidas ya que acostumbran a tener lugar en el instante más inoportuno. Es por eso que debemos entenderlas e intentar saber qué le pasa al pequeño; tal vez esté cansado, aburrido, quizás tenga sueño y/o hambre. Sea lo que sea, si llegamos a comprender qué ocurre podremos actuar sobre ello. Manteniendo la calma en este tipo de situaciones, podremos mitigarlas de la mejor manera posible.