Qué es un seguro de vida: Guía completa sobre seguros de vida

05/07/2023
Qué es un seguro de vida

Un seguro de vida es un producto que ofrece un ingreso económico para sus beneficiarios cuando el tomador fallece. Y es que, como ser humano, no tienes el poder de predecir los eventos que puedan ocurrir, como la muerte. Por eso, este es un instrumento para proteger a quienes más quieres. Pero ¿para qué puede servirte un seguro de vida?

●      Pagar los estudios de tus hijos.

●      Cancelar una hipoteca o garantizar su pago.

●      Amortizar otros préstamos

●      Subsistencia de la familia durante un tiempo.

En el caso de que se contrate un seguro de vida y el tomador, tras un accidente o enfermedad, no pueda volver a trabajar y generar ingresos por invalidez, el dinero que ha aportado lo recibirá él mismo. Esto estará reflejado en el contrato, determinando cuál será la cantidad que se percibirá y el tiempo (es decir, puede ser una cuota fija mensual hasta que se acaben los fondos). 

La mayoría de las personas piensan que un seguro de vida es una buena idea únicamente cuando tienen familiares o hijos a cargo. Sin embargo, esto no siempre es así.

Imagina que llevas un estilo de vida independiente y que, por varias circunstancias, no puedes continuar trabajando y seguir haciendo frente a tus responsabilidades económicas. Pues bien, en estos casos, un seguro de vida también te permitiría disponer de un apoyo económico que te ofrecería mucha tranquilidad.

Es por esto por lo que no existe una edad concreta para contratar un seguro de vida, aunque la mayoría de las personas deciden hacerlo a partir de los 30 años motivadas por las responsabilidades económicas o por el deseo de formar una familia. En cualquier caso, tomar esta decisión dependerá de las circunstancias personales.

Lo que sí es cierto es que a partir de los 50 los seguros de vida se complementan muy bien con otros para organizar los años de la vejez de manera que puedas disfrutarlos de forma tranquila y sin preocupaciones. Pero, independientemente de esto, la importancia del seguro de vida no se pone en duda para garantizar tu tranquilidad, sobre todo, en las siguientes situaciones.

En la actualidad, es a los 35 la edad promedio en la que se forma una familia, lo que es una razón más de peso para considerar invertir en un seguro de vida completo, sobre todo si los demás miembros dependen o van a depender económicamente de ti. Dicho de otro modo, si contraer una enfermedad o tu muerte representa un peligro para la economía familiar, el seguro de vida es vital.
Es aún más recomendable adquirir un seguro de vida cuando te comprometes a pagar una hipoteca, pues en caso de fallecimiento tu familia no solo dejará de contar con tu salario, sino que tendrá que enfrentarse a una deuda a largo plazo. Y, si no puede asumirla, puede que se quede sin la vivienda.
La cobertura más básica de un seguro de vida es el fallecimiento, que asume los gastos del sepelio y tus beneficiarios reciben la cantidad de dinero que hayas aportado en vida. Sin embargo, también sirve para cubrir otros tipos de riesgos como la incapacidad temporal o permanente, parcial o absoluta, y la muerte por causas especiales (accidente o enfermedad grave). No obstante, hay diferentes tipos de seguros de vida.
Protegen a tu familia ante riesgos que puedan generar un perjuicio económico. Por ejemplo, ante el fallecimiento de algún miembro de la familia cubren los gastos de sepelio, también protegen a los hijos ante la orfandad por accidente y otras circunstancias como la invalidez permanente absoluta, fallecimiento o enfermedad grave.
Es ideal para los autónomos. Si tu familia y tu negocio dependen 100% de ti, este es el seguro apropiado para dar tranquilidad económica a tus seres queridos en el caso de que ocurra un suceso inesperado.
Si tienes una hipoteca, esta es tu póliza indicada. Pues, consiste en proteger a tus familiares ante las posibles deudas bancarias que puedan contraer cuando tú ya no estés para asumirlas.
Es la entidad o compañía aseguradora a quien le corresponde pagar la indemnización económica a los beneficiarios de la póliza.
Es la persona que contrata el seguro. No tiene por qué coincidir con el asegurado, aunque en la mayoría de los casos la persona suele contratar el seguro de vida para sí mismo. De cualquier modo, es posible contratar una póliza de vida para nuestra pareja o hijos.
Es la persona sobre quien recae el riesgo (fallecimiento o invalidez). Si el tomador del seguro contrata la póliza para él mismo, también sería el asegurado.
Es la persona que recibirá la indemnización económica por parte de la compañía aseguradora en caso de que el asegurado sufra algún daño estipulado en las coberturas de la póliza. En el caso de un seguro de fallecimiento, es lógico que el beneficiario no pueda coincidir con el asegurado, pero si hablamos de una situación de invalidez entonces el asegurado y el beneficiario podrían ser la misma persona.

No en todos los casos los beneficiarios están al tanto de que el fallecido contaba con una póliza de vida. Siempre deben ser los beneficiarios o familiares del difunto quienes inicien el proceso que concluirá con el pago de la indemnización de la póliza.

El primer paso es consultar en el Registro de Contratos de Seguros de Cobertura de Fallecimiento. Después de acreditar la muerte del titular, tendremos acceso a la póliza y a los datos necesarios para reclamar a la aseguradora la indemnización.

Con esta información en mano podremos contactar con la aseguradora para conocer si nuestro nombre figura entre los beneficiarios del seguro y así iniciar los trámites para el cobro de la misma.

Decidir cuánto será suficiente puede ser la parte más difícil si no cuentas con la ayuda de un profesional. La compañía aseguradora puede hacerte recomendaciones basadas en tu capacidad crediticia, además de las deudas y compromisos financieros que hayas adquirido con otras entidades.

En cualquier caso, es fundamental que la suma pactada sea suficiente como para que los beneficiarios puedan afrontar las deudas y gastos previstos. Los expertos aconsejan que este cálculo se haga tomando en cuenta 5 años de salario íntegro. Por ejemplo: si cobras 30.000 euros anuales, como mínimo, deberías asegurar unos 150.000 euros.

Cabe mencionar que la compañía aseguradora tiene el derecho de rechazar el contrato en el caso de que se te considere un sujeto de alto riesgo inmediato, ya sea por tu estado de salud, edad o por causas legales.

En conclusión, la finalidad de un seguro de vida es proteger el futuro de tu familia o de las personas que estén a tu cargo cuando dependen total o parcialmente de tu salario o de tus ahorros.

Recuerda que existen diferentes tipos de seguros de vida y que, desde Allianz, nuestra recomendación es que en el momento de contratarlo tengas muy claro para qué lo quieres. Así, podrás elegir el que se adecúe perfectamente a tus necesidades. Igualmente, te aconsejamos ser transparente y leer con detalle las coberturas y exclusiones.

Si deseas saber los tipos de seguros de vida de Allianz revisa nuestras coberturas y recuerda que si quieres atención personalizada, nuestros asesores están aquí para ayudarte.

 

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