El interés técnico garantizado es la tasa de interés mínima que una compañía de seguros de vida abona sobre el valor en efectivo de una póliza. Esta tasa se establece al principio del contrato y se garantiza durante un período específico. Por lo general, la compañía de seguros concreta cuál es, aunque hay que tener en cuenta que este varía en función del tipo de seguro y de las condiciones del mercado.
Una de las razones principales por las que el interés técnico garantizado es tan relevante es que afecta directamente al crecimiento del valor en efectivo de la póliza. Es decir, a medida que el titular cubre la prima del seguro, una parte de los pagos se destinan a ese valor de la cobertura, que puede acumularse con el tiempo.
Dicho de otro modo, si la compañía de seguros genera ganancias superiores a la tasa de interés garantizada, es posible que se otorgue un interés adicional al valor en efectivo de la póliza. Si, en cambio, las inversiones de la compañía no rinden lo suficiente, la aseguradora estará obligada a pagar al menos la tasa de interés técnico garantizado. Por esta razón, esta ofrece una medida de seguridad y estabilidad a los titulares de pólizas de seguros de vida, incluso en situaciones económicas difíciles o cuando las condiciones de mercado son desfavorables.