Conocer el grado de discapacidad de una persona es relevante en el momento de contratar un seguro de vida, ya que las coberturas varían en función de las enfermedades, los riesgos y las circunstancias personales del tomador del seguro.
Para establecer el grado de discapacidad, existen distintos criterios que los profesionales médicos consideran. De todos modos, el reconocimiento, la declaración y la calificación del grado de discapacidad se regula por el Real Decreto 197/1999, publicado en enero del año 2000, donde se pueden comprobar las actividades diarias que se tienen en cuenta:
● Actividades de autocuidado, como comer, vestirse y asearse, entre otras.
● Actividad física intrínseca (como levantarse o reclinarse) o funcional (como empujar o llevar peso).
● Funciones manuales como sujetar y apretar, o sensoriales como ver u oír.
● Comunicación, ocio e interacción social.
● Utilizar medios de transporte.
● Mantener relaciones sexuales y descansar.