Cuando la depresión escala, se puede convertir en un impedimento para el correcto desempeño laboral. La baja laboral es el permiso que se otorga para faltar al trabajo mientras se recibe un tratamiento médico adecuado, reposo y recuperación. Existen dos tipos de depresión: por motivos personales y por motivos laborales, y el tratamiento de ambas bajas guarda diferencias entre sí.
- Depresión por motivos personales: el trabajador que se encuentra deprimido por motivos personales debe ir a su médico de cabecera, explicarle los síntomas y el contexto para que determine si, en efecto, está sufriendo de depresión y firme la baja médica. Este tipo de depresión se considera una enfermedad común y se tramita como una incapacidad temporal causada por contingencias comunes.
- Depresión por motivos laborales: cuando la depresión está causada por motivos laborales como estrés laboral, sobrecarga de trabajo, desmotivación, rivalidad entre compañeros, acoso o creencia de despido, la baja se tramita como un accidente laboral y debe hacerse a través de la mutua de la empresa. Sin embargo, la realidad es que las mutuas no suelen conceder este tipo de bajas, por lo que el trabajador tendrá que acudir a la Seguridad Social y gestionarla como una enfermedad común.