Empezar el año realizando chequeos médicos se ha convertido en una tradición para los defensores de la vida saludable. Sus partidarios defienden esta práctica como un método eficaz para la detección precoz de enfermedades, aunque también cuenta con detractores que lo sienten como una práctica obsesiva. Discutimos los pros y los contras de comenzar enero con una visita al médico a continuación.
Foto del médico de familia tomando la presión arterial en el brazo y tratar la hipertensión arterial.

Para hablar de la importancia del chequeo médico anual, es importante plantearse la siguiente pregunta: ¿vale la pena recomendarlo para personas fuera de los grupos de riesgo? Además de las embarazadas, los pacientes con exceso de peso, antecedentes familiares o trabajadores expuestos a sustancias tóxicas, ¿es necesario que una persona completamente sana y sin síntomas de ningún malestar se realice un chequeo médico al iniciar el año? ¿Es recomendable o es simplemente un negocio? 

Si cuentas con un seguro de salud, lo más probable es que este chequeo está cubierto por tu póliza. Sin embargo, el debate sobre si son necesarios o no, se extiende a otros países de Europa como Dinamarca, que se plantea realizar exámenes genéricos a toda la población, aunque científicos de ese mismo país como Lasse T. Krogsböll afirman (según este ensayo publicado por él en el British Medical Journal) que estos exámenes no reducen el riesgo de mortalidad por problemas o enfermedades cardiovasculares.

Por otro lado, los chequeos médicos anuales no son las únicas acciones de detección temprana de enfermedades; las vacunas, por ejemplo, son una herramienta de prevención efectiva en el caso de los niños menores de 6 años de edad (que en España están cubiertas por el sistema de salud nacional). Las primeras que deben aplicarse son la de la tuberculosis (una dosis única) y la de la hepatitis B. En el caso de las mujeres en edad fértil, es necesario que se apliquen el toxoide tetánico y diftérico del adulto.

En el caso de pacientes con diabetes, problemas cardíacos, lupus, tiroides o enfermedades respiratorias, es recomendable hacer varios chequeos médicos a lo largo del año para monitorizar mejor la evolución del paciente y de la enfermedad. 
  • Ginecológicos: desde que se alcanza la edad reproductiva, los controles ginecológicos son muy importantes para garantizar la salud del aparato reproductor y aprender a conocerlo. Posteriormente, cuando se inicia la vida sexual activa, las visitas al ginecólogo son fundamentales para la planificación familiar y la detección temprana de enfermedades comunes como el cáncer de mama, de ovarios o de cuello uterino, especialmente si tenemos antecedentes familiares.
  • De próstata: en el caso de los hombres, la próstata es uno de los órganos más afectado por el cáncer, por lo que son importantes las visitas esporádicas al urólogo o proctólogo, sobre todo a partir de los 50 años o a los 45 si hay antecedes familiares de esta enfermedad. Es recomendable también incluir la visita al urólogo dentro de tu chequeo médico anual si estás dentro de esta franja de edad. 
  • De sangre: son los más comunes y a la vez los más efectivos para comprobar los niveles básicos de elementos como el sodio y el potasio en nuestra sangre, el conteo de glóbulos, la anemia o incluso para la detección temprana de leucemia infantil. Los exámenes de sangre son necesarios casi para cualquier especialista al momento de identificar las causas de algún malestar o para descartar sospechas de enfermedades peligrosas.
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