El I.P.C o Índice de Precios de Consumo es un índice económico en el que se valoran los precios de un conjunto de bienes y servicios.
Se calcula mediante la recopilación de datos de un grupo de productos predeterminado, también denominados ‘canasta familiar’ o ‘cesta familiar’, que los consumidores adquieren de forma regular y que suponen el principal desembolso de las familias en su consumo. Un ejemplo son los productos comestibles, productos de calzado y textil, carburantes, transportes, servicios, etc.
Para que el valor del I.P.C sea lo más exacto posible, este se calcula representando a un amplio número de habitantes de un país. Se compara, de forma periódica y temporal, la variación de precio de estos productos en un determinado momento con respecto a periodos anteriores del mismo país o de otros países. Si el resultado es positivo, quiere decir que los precios presentan una subida con respecto al período anterior y que el coste de la vida se ha incrementado. Si el resultado es negativo, indica que los precios serán inferiores y que el coste de la vida se ha reducido, debido a que los productos de consumo básico han presentado un descenso en sus precios.
En 2002, los países de la Unión Europea perdieron la flexibilidad de calcular sus propios índices de precios de consumo, ya que la misma UE decidió igualar los parámetros que se usan para la toma de datos en todos los países miembros. En España, el cálculo del I.P.C lo realiza mensualmente el INE (Instituto Nacional de Estadística) y se publica a mediados del mes siguiente al que se elabora el cálculo.
El I.P.C se utiliza principalmente para mostrar la inflación, en el caso de que esta se produzca; para la actualización de deudas o montos judiciales; o para actuar como un estimador del coste de la vida (que hace que muchas cláusulas salariales estén vinculadas a este valor).