Los daños estéticos o la cobertura de restauración estética dentro de los seguros de hogar es una garantía que vela para que en caso de siniestro, la estancia afectada recupere la estética que tenía ante de que pasara el accidente.
Si estás pensando en contratar un seguro de hogar y estás leyendo sobre las coberturas que tienes disponibles, es posible que te hayas encontrado con la garantía de Daños Estéticos, que puede aplicarse tanto al contenido de la vivienda como al continente de la misma. Esta garantía se pone en marcha cuando, a raiz de las reparaciones derivadas de un siniestro es necesario provocar desperfectos en elementos de la casa, como por ejemplo, baldosas, pintura, losetas, etc. que en un principio no habían sido dañadas por el accidente en sí y que, estos daños, provocan falta de harmonía en la estética de la estancia.
EJEMPLO:
En caso de, por ejemplo una rotura de una tubería, los reparadores van a tener que picar la pared para acceder a ella y repararla. Con este proceso, al romper la pared para hacer los trabajos, lo más seguro es que se vean afectadas las baldosas de la pared o la pintura.
Si una vez realizada la reparación y cerrada la cata (enyesar de nuevo la pared en la que se ha hecho las reparaciones) no se consiguen encontrar materiales similares a los que había anteriormente (es decir, encontrar las mismas baldosas o parecidas), la garantía de daños estéticos velará para que todas las paredes queden con una estética uniforme, volviendo a pintar toda la estancia de nuevo o volviéndola a embaldosar.
La garantía de daños estéticos siempre estará sujeta al límite económico establecido en el contrato del seguro. Es decir, si se tiene un límite de daños estéticos de 12.000€ y las reparaciones para devolver la estética a la estancia cuesta 15.000€, la compañía de seguros de hogar podrá hacerse cargo de esos primeros 12.000€ y el cliente deberá abonar los 3.000€ restantes.