Cuando se trata de explicarles a los niños lo que significa que un ser querido fallezca hay que sujetarlos emocionalmente y, sobre todo, no subestimar sus emociones basándonos en su edad. Aunque podamos pensar que los niños de 5 o 6 años pueden no entender lo que está ocurriendo, a esa edad ya sienten tristeza aunque no entiendan a cabalidad lo que significa la muerte.
Del buen manejo que le demos a una situación como esta puede depender el correcto desarrollo sentimental de nuestros hijos; es importante ser honestos con ellos y crear un ambiente de confianza para apoyarse uno con otros a superar esta pérdida. Enseñarles que llorar está bien y expresarse es necesario, y sobre todo explicarles que la muerte no es un proceso reversible, lo que significa que esa persona que murió no va a volver.
Otro aspecto importante es mantener la compostura frente a los niños para no preocuparlos por su estado de salud. Los gritos, los sollozos o las preguntas al aire cuestionando a su religión pueden causarle angustia innecesaria; si no te sintieras preparado para darle la noticia, puedes pedirle el favor a un familiar cercano para que lo haga. Lo importante es que no le escondas nada y que se lo comuniques de la manera más natural y directa posible.
Cuando se trata de niños de 7 a 10 años que ya entienden que la muerte es irreversible, hay que manejar el miedo que les puede producir darse cuenta lo cerca que está una persona de la muerte, incluyendo todos sus seres queridos. En ese momento es importante responder a sus preguntas de manera directa, explicándole lo que ocurre mientras se intenta tranquilizarlo. Para lidiar con el miedo posterior a que alguno de sus padres fallezca, debes estar allí para explicarle que todos en casa gozan de buena salud y que como padres estáis tomando todas las medidas de seguridad para que nada pase.