Un seguro de decesos es un tipo de póliza que cubre los gastos funerarios de una persona para que sus familiares o allegados no tengan que abonar de forma repentina los costes que conlleva la defunción.
Cuando una persona contrata un seguro de decesos, paga una prima con regularidad. De esta forma, y en caso de fallecimiento, la compañía de seguros abona a los beneficiarios, en función del nivel de cobertura que se haya contratado, una suma de dinero para cubrir tanto los gastos funerarios como otros relacionados.
Como el objetivo del seguro de decesos es reducir la carga financiera de la familia del fallecido que implica organizar un funeral, algunas de las coberturas de este seguro son:
● Gastos del sepelio: dependen de la modalidad del servicio, pero incluyen la inhumación con nicho, la inhumación sin nicho y la incineración.
● Traslados: los costes pueden variar en función del medio de transporte de los acompañantes y la localización del sepelio.
● Trámites administrativos: tras el fallecimiento de una persona, la aseguradora debe realizar algunas gestiones documentales, como la baja en los organismos públicos.
● Atención psicológica: es una cobertura muy demandada entre los familiares del asegurado, especialmente cuando el fallecimiento ocurre por accidentes o hechos traumáticos.