La realidad inicial es que el panorama macroeconómico sigue siendo complicado. La inflación subyacente puede tardar más de lo previsto en volver a estar bajo control, aunque a medida que las economías se van desacelerando, es probable que la tendencia alcista de la inflación general se vaya atenuando un poco. Con todo, aún hay riesgos en el camino.
Esto quiere decir que es posible que los mercados hayan juzgado mal la política monetaria en dos sentidos: en relación con el nivel al que tendrán que llegar a subir los tipos, y mantenerse durante algún tiempo, para poder estabilizar y reducir la inflación; y la magnitud en que habrá que reducir las medidas de relajación cuantitativa a través de la compra de activos.
El crecimiento mundial podría seguir manteniéndose por debajo de su potencial en los próximos meses. Cada vez es más probable que se produzca una recesión mundial, debido a los vientos en contra derivados del endurecimiento de las condiciones financieras y la reducción de la capacidad adquisitiva de los hogares. La foto macro es la que tiene que determinar qué se debería hacer como inversores.