Empecemos con lo fundamental: entender qué significa invertir a largo plazo. Podemos decir que se trata de una inversión cuyo horizonte de tiempo es mayor a los doce meses y cuyo principal objetivo es conseguir la mayor rentabilidad posible.
Planificar la jubilación es, por ejemplo, uno de los principales objetivos que llevan a las personas a destinar parte de su capital a productos financieros como las acciones, los fondos de pensión o los seguros de vida ligados a fondos de inversión.
Ahora bien, ¿son mejores las inversiones a largo plazo? La realidad es que la elección más acertada será aquella que mejor se adapte a tu perfil de inversor, a tus expectativas económicas y a los plazos. En cualquier caso, debemos tener claro que la probabilidad de alcanzar un rendimiento mayor aumenta cuando el tiempo juega a nuestro favor.