Los fondos de inversión nacieron por la necesidad que tenían los inversionistas de contar con instrumentos financieros con los cuales pudieran obtener un mayor costo-beneficio, sin embargo, su seguridad no está al 100% garantizada, como no lo está la de ningún otro instrumento de inversión.
Desafortunadamente, invertir implica tomar riesgos por mínima que sea la suma de dinero que decidamos destinar a este tipo de actividades financieras. Eso sí, dormir tranquilo es posible si hacemos las cosas bien desde el primer momento. Elegir un fondo de inversión no debe hacerse con prisas y, mucho menos, sin el asesoramiento de un experto en caso de que no tengamos experiencia en la materia.