La prestación pública que ofrece la Administración cubre una parte de los ingresos que se obtienen durante la vida laboral. Sin embargo, existe bastante incertidumbre sobre cómo evolucionarán las pensiones públicas en el futuro y si estas serán suficientes para asegurar una vida estable y tranquila. Si estás pensando en ahorrar para la jubilación, tienes distintas opciones para complementar los ingresos de las prestaciones públicas.
Una de las alternativas más populares es el plan de pensiones, aquellas aportaciones periódicas o puntuales que el interesado hace a largo plazo. Con las que el cliente hace en el plan de pensiones, los gestores realizan una serie de inversiones para obtener la máxima rentabilidad. En función de la opción que se contrate, el cliente puede elegir entre un perfil más conservador, moderado o decidido; es decir, arriesgar o no en la inversión.
Por otra parte, encontramos el plan de ahorros y el plan individual de ahorros sistemático (PIAS). En ambos casos, el interesado acepta realizar una serie de aportaciones periódicas, generando rentabilidad a medio plazo —en el caso de los planes de ahorro—, y a largo plazo —si se trata del plan individual de ahorros sistemático—. De esta forma ahorras para tu jubilación de manera automática según el plan que has diseñado y reservas cada mes la cantidad que deseas.