Un bono es un préstamo que representa parte de una deuda y es emitido por una entidad para la financiación de un proyecto. El emisor (o vendedor) del bono paga un interés fijo a su tenedor (o comprador).
El interés es ‘fijo’, puesto que se sabe desde el principio de la cantidad exacta que se va a hacer efectiva en cada momento. Dependiendo de factores como el tipo de interés o el plazo de reembolso, el bono será más o menos rentable y supondrá un mayor o menor riesgo para ambas partes.
Es importante tener conocimiento de la terminología de la renta fija para entender cómo funcionan los bonos:
Los bonos funcionan de la siguiente manera: cuando una empresa necesita dinero para financiar sus actividades, lo que hace es emitir una deuda. El objetivo de emitir una deuda es que los inversores la compren para obtener mediante un préstamo el dinero que necesitan. Como en cualquier préstamo, los inversores acaban recibiendo un interés o cupón por facilitar el capital tanto a estados como a empresas.
Generalmente, un bono se emite a menos de cinco años. Sin embargo, cuando se emite a un plazo superior a 5 años, estos bonos pasan a denominarse obligaciones. La única diferencia entre ambos es el plazo de reembolso.