El arreglo amistoso es la situación de acuerdo al que llegan las dos partes sin necesidad de recurrir al dictamen de terceros. Es la manera más sencilla y eficaz de resolver una situación en caso de accidente de tráfico, ya que, si las personas implicadas ofrecen la misma versión de los hechos, no hay posibilidad de otras interpretaciones.
Así pues, si alguna vez te ves involucrado en un accidente de tráfico, después de comprobar que no hay víctimas o estas están a salvo, habrá que determinar la responsabilidad del siniestro. Llegar a un arreglo amistoso sobre el acontecimiento evitará complicaciones y liberará a los conductores de tener que esperar largos periodos de tiempo hasta que se tramite el siniestro.
Dado que el arreglo amistoso ayuda a determinar el culpable, esto comporta que la liquidación se acelere al igual que el pago a las personas implicadas de los daños materiales derivados del choque.
Inevitablemente, muchas veces, las personas implicadas en un accidente reflejan versiones contradictorias y no se puede llegar a un arreglo amistoso. Es entonces cuando es necesaria la participación de una aseguradora que intentará averiguar qué ha sucedido. Tu aseguradora, en primera instancia, siempre apoyará tu versión de los hechos y tratará de verificarla. La decisión final siempre dependerá de la aseguradora.
Para eso, lo primero que la aseguradora hará en caso de siniestro con versiones opuestas será corroborar que su documentación refleja de forma fiel tu interpretación de lo ocurrido. Seguidamente, presentará tu versión a la aseguradora de la otra persona implicada, mientras que esta hará lo mismo y enfrentará la otra versión en contra vuestra.