Consejos para conducir de forma segura cuando hay nieve, hielo o niebla

12/01/2022
Color coche precio seguro
  • Con el tiempo en contra, los accidentes de tráfico están a la orden del día. En caso de nevadas y hielo lo más prudente es dejar el vehículo aparcado en casa. Pero ¿qué pasa si la nevada nos pilla en plena carretera? 
  • Si después de revisar la previsión meteorológica has decidido continuar con tu viaje, es importante que te equipes con ciertos elementos. Los que no pueden hacer falta son: linterna, cadenas de invierno, alimentos, ropa adicional de invierno, triángulo de advertencia o luz de emergencia, rueda de repuesto, kit repara-pinchazos, pala y, por supuesto, el depósito lleno.
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  • Adicionalmente, es imprescindible que lleves contigo el móvil y una batería extra 100% recargada.

Conducir en la nieve es extremadamente peligroso porque los neumáticos reducen su capacidad de tracción causando que patinen. Esta situación puede provocar la pérdida de control del coche e incrementar el riesgo de sufrir un accidente de tráfico.

Para evitar estas y otras situaciones que ocurren cuando decidimos conducir en la nieve, la DGT ha establecido cuatro niveles identificados con colores en función de la intensidad de la nevada y de la cantidad acumulada sobre la calzada.

El color verde indica que la nevada apenas está iniciando y que no representa un peligro significativo para circular. No obstante, a partir de esta señal se empieza a limitar la velocidad y se obliga a los camiones a circular por el carril derecho sin posibilidad de rebasar.

El color amarillo se activa cuando la calzada está parcialmente cubierta de nieve. En estos casos, los turismos y autobuses están obligados a respetar la velocidad máxima permitida de 60 km/h. Por otro lado, los camiones y vehículos articulados tendrán prohibida la circulación.

Cuando la señal amarilla se enciende, las autoridades de tráfico recomiendan ser muy prudentes manteniendo la distancia de seguridad, disminuyendo la velocidad y evitando maniobras bruscas.

El color rojo indica que la carretera está totalmente cubierta de nieve, por lo que solo es posible circular con cadenas o neumáticos especiales de invierno. La velocidad máxima permitida es de 30 km/h y se aconseja no adelantar a los vehículos inmovilizados si no se tiene la garantía de poder continuar la marcha sin poner en riesgo la conducción.
El color negro señala que está prohibido circular debido al espesor de nieve o de hielo. En estas circunstancias climatológicas el riesgo de quedarse inmovilizado es mucho mayor. Lo más aconsejable es intentar aparcar el coche lo más orillado posible para facilitar el trabajo a las quitanieves y, si es posible, buscar un refugio hasta que mejore la situación.

Lo más importante es informarse sobre las condiciones meteorológicas que nos vamos a encontrar durante el trayecto. Para ello, resulta útil visitar portales de información climatológica confiables o ir directamente al sitio oficial de la DGT.

Además del clima, procura informarte sobre posibles incidencias de tráfico y cortes de carreteras.

Tanto la estabilidad del coche como el frenado dependen directamente de la suspensión y de los frenos. Procura revisar los amortiguadores cada 20.000 kilómetros y los discos de freno al menos dos veces al año (si el auto se utiliza con cierta normalidad).
Es indispensable revisar que no estén desgastados y que retiren el agua, la nieve o el barro con eficacia. También es aconsejable comprobar el nivel del líquido limpiaparabrisas para prevenir la congelación.
Para que el motor funcione a la perfección en condiciones climatológicas extremas es importante comprobar el nivel del aceite y el buen estado del lubricante y de los filtros. A la hora de reemplazarlos es aconsejable seguir las recomendaciones del propio fabricante del vehículo.
El frío puede provocar que la descarga de la batería se acelere, por lo que nunca está de más llevar el coche a un taller para que puedan verificar el estado de carga de la misma.

Cambiar continuamente de marchas, así como conducir con una relación de marchas corta aumentan las posibilidades de perder el control del vehículo. Así pues, en presencia de nieve o hielo, lo mejor es conducir con marchas largas.

Esta técnica hace que la conducción se vuelva menos brusca y minimiza el riesgo de que las ruedas derrapen sobre la nieve o el hielo.

Cuando la calzada está cubierta de hielo o nieve, en lugar de frenar bruscamente, lo ideal es ir reduciendo las marchas y desacelerar el coche hasta llegar a detenerlo. Pisar el freno con brusquedad puede ocasionar que las ruedas derrapen sobre superficies resbaladizas.
La niebla casi siempre aparece para dificultar la conducción. Aumentar la atención al máximo es fundamental para reducir el riesgo. ¡Te compartimos más consejos!

Contrario a lo que muchos piensan las luces largas solo causan el efecto contrario: se reflejan en la niebla y reducen la visibilidad. Además, incomodan al resto de los conductores restándoles visibilidad.

En cuanto a las luces antiniebla, estas deben utilizarse exclusivamente cuando la niebla es muy densa. Es obligatorio apagarlas cuando su uso puede llegar a deslumbrar al resto de conductores.

Pisar el acelerador más de la cuenta por el ansia de abandonar cuanto antes el tramo de visibilidad reducida es un gran error. También lo es conducir sin mantener la distancia de seguridad.

Si tuviéramos que frenar repentinamente o hacer una maniobra de emergencia deberíamos hacerlo dentro de la distancia en la que aún podemos ver con cierta claridad.

¿Lo habías escuchado alguna vez? Se produce cuando la niebla y el asfalto entran en contacto estando a cero grados (o menos). El agua condensada se congela provocando que el pavimento se vuelva resbaladizo.

El caso es que el asfalto se vuelve peligroso porque la capa de hielo es tan fina que prácticamente no puede apreciarse. En estos casos debe pisarse el freno con cierta suavidad para controlar mejor el pulso de las ruedas.

Al conducir con niebla, lo más recomendable es permanecer en un mismo carril sin hacer maniobras que puedan poner en peligro tu vida y la de los demás usuarios de la vía pública. Ten cuidado con convertirte en un obstáculo para los demás por querer conducir con más holgura

Un coche detenido en el arcén puede convertirse en un auténtico obstáculo para los demás conductores. Si no te sientes seguro conduciendo con niebla, la mejor alternativa es esperar a la siguiente gasolinera.

Conducir teniendo en cuenta estos y otros consejos te permitirá disfrutar de los trayectos de invierno con tranquilidad y seguridad. Recuerda que para afrontar cualquier incidente o adversidad es fundamental disponer de un seguro de coche que incluya asistencia en viaje nacional e internacional.

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