Un swap es un contrato que se firma entre dos partes que se comprometen a pagar mutuamente cierta cantidad de dinero, escogiendo un valor de referencia variable (que suele ser el Euribor que, actualmente, está rozando el 4%). Un cliente particular podría echar mano de un swap para transformar los pagos de su hipoteca variable a pagos de interés fijo con el fin de intentar reducir el riesgo de que se produzca un incremento inesperado de la cuota.
En líneas generales, el término swap puede ser usado para denominar a cualquier intercambio de bienes o servicios, es decir, no solo tiene que ver con dinero. En el caso de las grandes empresas, los swaps funcionan como mecanismo para transformar pagos fijos a inversores en variables ligadas a los tipos de interés del mercado. Existen también los cross-currency swaps, que permiten formalizar préstamos de divisas extranjeras en moneda local y viceversa. También son muy útiles para aquellas empresas que emiten bonos en otra moneda.