Según investigaciones y datos recogidos por empresas especializadas en valoración de siniestros, la matriculación del coche supone una pérdida del 18% de su valor, más un 10% anual durante los primeros seis años. Estos datos reflejan una realidad innegable: un coche es una inversión a pérdida y aunque es poco lo que podemos hacer para revertir esta realidad, sí podemos saber qué es lo que los devalúa más rápido y cómo tratar de atajar estos factores para sacar el máximo provecho a la hora de venderlo o de adquirir un seguro de coches que cubra todas las necesidades.
Tras los seis primeros años, la devaluación se desacelera y el coche empieza a perder el 5% anual, lo que acaba dejándonos un coche que vale el 87% menos de su valor inicial tras 10 años de su compra. Estas cifras son generales, pero a menor escala hay factores que influyen más o menos en la depreciación de un vehículo como los detalles estéticos y mecánicos, el color, el kilometraje, la disponibilidad de piezas de repuesto en el mercado y la popularidad del modelo.