La llegada de un nuevo miembro a la familia siempre supone una auténtica revolución. Y no solo porque cambien los ritmos del día a día, sobre todo, en los primeros meses de vida, sino porque implica toda una transformación de los espacios. Pañales, chupetes, toallitas, cremas y un sinfín de elementos más se cuelan en el paisaje habitual de la casa y, en consecuencia, las necesidades y pertenencias del pequeño recién llegado reclaman su lugar en el ecosistema familiar.
¿Cuándo preparar la habitación del bebé? ¿Qué elementos serán ahora imprescindibles para la seguridad en el hogar? ¿Dónde ubicar el dormitorio del bebé? ¿Debes cambiar la decoración de la habitación en cuestión? Aunque estas preguntas son más frecuentes entre los padres primerizos, cualquiera que esté esperando un nuevo retoño deberá resolverlas y tener preparado el dormitorio del bebé antes de que el torrente de la paternidad imponga sus ritmos.