Muchos emprendedores suelen confundir un plan de negocio con un plan de empresa, y aunque tienen mucho en común, hay una enorme diferencia que los distingue: el plan de negocio se hace cuando buscamos materializar un proyecto y tiene que incluir necesariamente información sobre los trámites y requisitos necesarios para constituir la empresa como una entidad con sede física o virtual. Por otro lado, el plan de empresa puede ser hecho cuando la empresa ya está creada y en marcha.
El plan de negocio, por otro lado, debe cumplir una serie de requisitos para que cause el impacto que deseamos y consigamos a través de él financiación para nuestro negocio, socios o inversores. ¿Por dónde empezar? ¿Qué incluir? ¿Qué pautas de diseño debo seguir? Como expertos en seguros para negocios y empresas que somos, queremos hacer hincapié en la importancia de este tipo de planes que te permiten organizar y poner a salvo tu capital e invertirlo a posteriori en proyectos como el que estás a punto de empezar.