Lo que debes saber para inyectar insulina

11/02/2018
Cómo proceder a inyectar insulina

La acción de la insulina es fundamental para que los alimentos se aprovechen correctamente y es la responsable de que la glucosa entre a las células de los tejidos periféricos, donde es necesaria para el correcto funcionamiento de varios órganos vitales, entre ellos el hígado. Los niveles de insulina aumentan de manera natural después de comer para aprovechar mejor los alimentos y la cantidad de insulina que segreguemos va a depender de la cantidad de azúcares que comamos. 

Cuando el cuerpo es incapaz de producir insulina se diagnostica diabetes y, dependiendo del tipo, es necesario un tratamiento constante de insulina aplicada mediante inyecciones subcutáneas puesto que, de no controlarse los niveles de glucosa en la sangre, las consecuencias físicas pueden ser graves y ocasionar desde daños permanentes en los ojos hasta el colapso de los riñones y del sistema nervioso. Si sospechas que puedes tener esta enfermedad consulta con tu médico ya a través de tu seguro de salud.

Existen dos tipos de diabetes: la diabetes tipo 1, que se diagnostica cuando el cuerpo ha perdido la capacidad de producir insulina. Por otro lado, está la diabetes tipo 2, cuando el cuerpo no produce la cantidad necesaria o se ve impedido para usarla de manera adecuada. La falta de insulina es la que provoca el aumento de glucosa en la sangre y acarrea estas consecuencias físicas graves. 

Si eres paciente diabético y necesitas insulina para poder llevar una vida normal, debes saber que se administra mediante una inyección en el tejido subcutáneo, es decir, entre la piel y el músculo. Ahí queda depositada y se va absorbiendo lentamente. Para ello se utiliza una aguja de 6 mm de longitud, que se inserta por completo en un ángulo de 45º.

Elegir la zona: los muslos son un buen lugar para la inyección de insulina, pero siempre debemos asegurarnos de que la zona elegida no tenga bultos ni moretones, ni heridas. Además de los muslos, el abdomen, los glúteos y los brazos son ideales para la inyección de insulina porque cuentan con grasa suficiente para absorber el medicamento y hacerlo actuar de manera efectiva. Lo recomendable es rotar las zonas de inyección para evitar lesionar la piel y complicar la acción de la insulina. 

Ten en cuenta la higiene: desinfectar la zona con alcohol siempre es recomendable, pero en este caso también es importante que te laves bien las manos antes de manipular la aguja o la ampolla. 

Técnica: cuando hayas completado los dos primeros pasos, pellizca suavemente la piel con los dedos pulgar e índice e introduce la aguja entera. Libera el contenido y cuenta hasta 10 antes de retirar totalmente la aguja de la dermis.

 

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