¿Pensando en montar una franquicia? Descubre cómo

20/08/2018
Cómo funciona una franquicia

Las franquicias permiten el crecimiento y la expansión de marcas en otros mercados, ganar volumen de compras y permitir alcanzar costes más eficientes. De esta manera, la rentabilidad de tu negocio aumenta. Antes de iniciar el proceso de franquiciado, debes tener en cuenta la adquisición de un seguro de negocios para proteger tu inversión y sentar las bases desde un punto de seguridad y respaldo. 

El sistema de franquicias está en constante crecimiento en la mayoría de países, convirtiéndose en un éxito en casi todos los mercados en los que se implementa. En Estados Unidos, por ejemplo, se estima que las franquicias alcanzan el 40% del comercio minorista. Esto responde a las necesidades naturales de una empresa, pues les permite alcanzar mayor competitividad frente a las multinacionales, que cuentan con mayores recursos financieros y aprovecharse de ciertas ventajas a escala como la marca, la fabricación o la publicidad. 

En resumen: las franquicias nacieron como estrategia para garantizar la distribución de ciertos comerciantes, y hoy responden a las necesidades de las pequeñas empresas para abrirse un hueco en el mercado. Para constituir una franquicia es necesario un franquiciador, que es quien vende la franquicia, y un franquiciado que invierta en ella. Sin embargo, la franquicia no es un negocio independiente, pues lo que se compra son los derechos de uso de métodos de funcionamiento establecidos por el franquiciador, de manera que todos los productos vendidos se ajusten a los estándares de calidad del negocio original. 

Es normal que un empresario se dé cuenta pronto de que abriendo una segunda sede podrá vender más y que no necesita ser él mismo quien invierta, pues puede conseguir a alguien más que lo haga sin que eso le reste beneficios. Eso es una franquicia.

Posibilidades de expansión: las franquicias incrementan la publicidad de tu negocio mediante locales en mejores ubicaciones y en distintos países y ciudades. Esta presencia ayuda a la marca a ganarse la confianza del consumidor, lo que se traduce en un aumento de ventas. 

Abarata costes: con la expansión de la marca, bajan los precios de compra y el  coste de productos unitarios cuando en el momento de pagar los costes con las ventas de más locales. 

Mejor manejo del personal: al ser negocios independientes, el franquiciador de cada local debe manejar su propia plantilla de empleados, lo que significa que la nómina es más manejable y se puede estructurar con expertos en diferentes áreas como el marketing, investigación, cocina, etc., en lugar de tener puestos de administración que no generan tanto valor. 

Mayor contacto con el cliente final: con las franquicias es posible que los productores puedan distribuir sus productos sin necesidad de intermediarios, lo que supone un ahorro en costes de distribución, pero también permite tener mayor contacto con el cliente final, conocer su opinión sobre el producto e implementar mejoras en base a ello.

 

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