Cuando fallece un ser querido, nos vemos en la necesidad de realizar una serie de gestiones que, aunque no son nada gratas, son obligatorias y debemos llevarlas a cabo en un periodo de tiempo establecido por la ley. Un claro ejemplo de ello es la actualización del libro de familia, un trámite que no solo es conveniente realizar ante el nacimiento de nuestros hijos, adopciones o divorcios, sino también cuando muere una persona con la que manteníamos una relación de parentesco. ¿Cómo puedes hacerlo? En primer lugar, necesitarás reunir una serie de documentos como el certificado médico de defunción. Te explicamos a continuación los demás pasos.
¿Cuándo debo actualizar el libro de familia?
¿Dónde actualizar el libro de familia?
Actualizar el libro de familia por fallecimiento de un familiar es un trámite que deben llevar a cabo los parientes o herederos ante el Registro Civil, pero, antes de hacerlo, es necesario contar con otros documentos como el certificado médico de defunción, que debe estar debidamente emitido y firmado por el médico de familia o el que haya asistido al paciente durante su muerte. Si ha ocurrido en un hospital o residencia geriátrica, el centro se encargará de comunicar la defunción y realizar la correspondiente inscripción de manera telemática.
Para continuar con el proceso de actualización del libro de familia por fallecimiento, será necesario realizar la notificación ante el juzgado y, posteriormente, la persona más allegada al difunto debe dirigirse al Registro Civil de la localidad donde se haya producido la muerte para solicitar la baja y los certificados literales de defunción. Con esto, la baja de la persona fallecida se produce de manera inmediata en el libro de familia.
¿Qué hacer si la muerte tiene lugar en el extranjero? En este caso será necesario realizar la inscripción del fallecimiento en el consulado español de dicho país y después solicitar el certificado de defunción en el Registro Civil correspondiente.
Ventajas de contar con un seguro de decesos en los momentos más difíciles
Según la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios), un sepelio sencillo puede costar de media alrededor de unos 3500 euros, precio que puede dispararse en función de la ciudad donde se lleve a cabo.
En este sentido, contratar un seguro de decesos nos da la tranquilidad de que, en caso de fallecer, todos los gastos relacionados con el entierro estarán prácticamente cubiertos. El tanatorio, las flores, el féretro, el propio entierro o la incineración son cuestiones de las que se encarga la compañía aseguradora cuando adquirimos una póliza de este tipo.
Además, no podemos olvidarnos de la gran ayuda que esto supone para nuestros familiares: la entidad contratada también se encarga de realizar todas las gestiones administrativas necesarias. Sin duda, un producto integral pensado para dar algo de tranquilidad a nuestros seres queridos en los momentos más difíciles.
¿Qué otras gestiones hay que llevar a cabo cuando fallece un familiar?
Transcurridos quince días hábiles después del fallecimiento será necesario gestionar, entre otras cosas, la siguiente documentación:
Últimas recomendaciones
Nuestra primera recomendación es que procures tener a mano el DNI (Documento Nacional de Identidad) o el pasaporte de la persona fallecida, ya que lo necesitarás para realizar casi todas las gestiones que hay que llevar a cabo cuando muere un ser querido.
Ten en cuenta que muchos de estos trámites se pueden realizar de manera telemática, pero para ello necesitarás disponer de los respectivos certificados digitales o del DNI (Documento Nacional de Identidad electrónico) con los certificados en vigor.
Por otro lado, si tu familiar decide pasar sus últimos días en el domicilio y no acceder a un centro hospitalario, es aconsejable tener localizados todos los informes médicos para facilitar las diligencias que vendrán después.
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