La realidad es que no somos robots, ni mucho menos tenemos una especie de interruptor para apagar una zona de nuestra vida y encender otra. ¡No funciona así! Lo cierto es que, al revés de lo que muchos han interiorizado, el trabajo debería ser una actividad más de nuestra vida con la que podamos sentirnos a gusto.
Si eres de los que constantemente se sienten ansiosos y estresados por cuestiones laborales y apenas piensas en otra cosa que no sea el trabajo, debes actuar cuanto antes. ¡Tu cuerpo te está enviando señales que no puedes ignorar! No olvides que tener una buena salud, es imprescidinble para afrontar el día a día en la oficina, que seguramente ahora se ha instalado en tu hogar. Toma nota de los consejos que desde Allianz te compartimos para que logres, poco a poco, ese equilibrio laboral y personal que tanto echas en falta:
- ¿Tienes otras pasiones? Es momento de descubrir aquellas cosas que te hacen feliz. Encontrar uno o varios pasatiempos es fundamental para que tu vida no gire únicamente en torno al ámbito profesional. Puedes comenzar haciendo una pequeña lista de aquellas cosas que antes disfrutabas hacer, pero que debido a la carga laboral dejaste de lado. Leer un libro, ir al gimnasio, nadar, cocinar, practicar senderismo… todas son actividades que te ayudarán a desconectarte y a dedicarte un tiempo de calidad. Si te cuesta mucho realizar alguna de ellas por cuestión de tiempo y organización, comienza integrando una o dos actividades. En cualquier caso, no lo dejes pasar y comprométete contigo mismo.
- Planifica tu día. Organizarte e intentar cumplir con los horarios a rajatabla te ayudará a aprender a ponerle un límite a las cosas. Desde luego, habrá días en los que la jornada laboral puede extenderse un poco más, por lo que una estrategia de organización bien establecida puede ayudarte a no saltarte las nuevas reglas que a partir de hoy regirán tu vida personal y profesional.
- Establece normas. Si no sabes hasta cuándo seguirás trabajando desde casa, probablemente necesitarás establecer algunas sencillas reglas. Ahora que tu casa es también tu oficina, tu lugar de descanso y tu espacio para disfrutar en familia, ¿no crees que vale la pena poner a todo un poco de orden? Asigna un espacio para trabajar y organizar tus papeles, ordenador, etc. Por otro lado, evita caer en las redes del “síndrome del pijama”. Apenas te levantes de la cama, ve directo a la ducha e intenta vestirte con ropa de calle.
- Mantente sano. La deshidratación afecta tu rendimiento. Recuerda que al finalizar tu jornada laboral necesitarás energía para hacer otras actividades. Llevar un estilo de vida saludable está estrechamente relacionado no solo con tu vida personal, sino también con la laboral. Si tienes dudas siempre puedes hacer un test de hábitos saludables con tu seguro de vida. ¡Aliméntate bien, bebe agua, ponte buena música y a por ello!
- Sal de casa. Anímate a quedar con amigos entre semana. Relacionarte con otras personas fuera del entorno laboral es sano para ti. También puedes optar por salir a dar paseos o tomar un café.
Como has visto, trabajar en casa tiene sus ventajas, pero también conlleva algunas dificultades. Separar el tiempo que le dedicamos al trabajo de nuestro tiempo libre, es quizás el mayor reto. Recuerda que un equilibrio laboral y personal no es imposible. Con determinación, podrás organizar tu día a día y lograr lo que necesitas para vivir bien y alcanzar el bienestar que tanto mereces.
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