“¡Urgente! ¡Conteste este mensaje ya!” Así es como nos engañan y nos manipulan a través de técnicas muy afinadas que nos hacen creer que, efectivamente, estamos recibiendo un mensaje de nuestro banco. Mientras que el phishing es una práctica delictiva que utiliza el correo electrónico como herramienta para estafar, el smishing se vale de los mensajes de texto o SMS.
Su apariencia suele ser alarmante precisamente para producir en su receptor esa sensación de urgencia que finalmente le pueda llevar a proporcionar los datos solicitados. Y es que, las personas parecen ser más cautelosas con pinchar un enlace que les llegue a través de un correo electrónico que con las propias peticiones malintencionadas a través de mensajes de texto. De ahí que el smishing se esté convirtiendo en una técnica de estafa emergente y cada vez más utilizada por los delincuentes en línea.
Si eres un pequeño empresario o emprendedor, proteger tu negocio de los ciberatacantes debe ser una prioridad, ya que los particulares no son la única presa fácil de estos malhechores. En este sentido, lo más apropiado es contratar un seguro para ciberprotección. Piensa que entre más fuerte sea tu vínculo con el internet y el mundo online, necesitarás contar con más garantías que te ofrezcan todo el respaldo en caso de peligro. Tus bases de datos, tu información contable o la información que alberga tu servidor, merecen contar con la mejor cobertura.