El caso de los autónomos es más complejo porque, como comentábamos anteriormente, trabajan bajo la figura simultánea de jefe y empleado, lo que significa que sus ganancias dependen de que ellos mismos las produzcan.
Supongamos entonces que eres autónomo y de camino al coworking donde trabajas, un coche te ha arrollado al saltarse un semáforo en rojo. En este caso eres la víctima y no has tenido culpa en lo que ha ocurrido, por lo que podrás reclamar la cantidad que corresponda por los daños y perjuicios que dicho arrollamiento te haya causado. En este caso, el lucro cesante tiene la finalidad de compensar las ganancias que no han podido ser percibidas como consecuencia del accidente.
La compensación a recibir se calculará mediante el Baremo de Tráfico y se tendrá en cuenta el tiempo que el afectado esté en recuperación e imposibilidad para trabajar hasta que se le dé el alta médica. También entrará en valoración la gravedad de las lesiones y el grado de cuidados que requirió (UCI, hospitalización, baja laboral prolongada).
En el caso de los accidentes de tráfico que dejan secuelas, tienen derecho a la indemnización no solo el autónomo afectado, sino cualquier persona dedicada al hogar, en paro o preparada para entrar al mercado laboral.
¿Quieres saber si tu seguro como autónomo o el de tu negocio tienen la garantía de lucro cesante para poder percibir una indemnización en caso de que un accidente te haga parar tu actividad? Consulta con tu asesor y asegúrate de tener esta cobertura contratada.
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