En España, las PYMEs son el foco principal de los ciber delincuentes. Sin embargo, la mayoría de las empresas, todavía no disponen de planes de acción, protocolos de seguridad, ni seguros específicos para protegerse de los ciberataques.
Uno de los principales ataques informáticos a las empresas son los secuestros de datos, con la consiguiente petición de rescate, (también llamados ramsonware) que en muchos casos conllevan la paralización total de la actividad de la empresa. En la mayoría de las ocasiones, aunque el empresario acceda a la pagar la cantidad requerida, el soborno no finaliza, sino más bien al contrario: los delincuentes les requieren cada vez cantidades mayores.
Según un estudio de ciberseguridad publicado por Think with Google, en 2018 los delitos de secuestro de datos con petición de rescate aumentaron un 350%. Un ejemplo de este tipo de delitos, fue el famoso Wannacry, ¿Lo recuerdas? Wannacry consiguió infectar cientos de miles de ordenadores en todo el mundo, causando pérdidas multimillonarias a las empresas, que se han llegado a valorar en más de 3.500 millones de euros.