Los incidentes están a la orden del día y no siempre estamos en capacidad de verlos venir. Cuando somos autónomos debemos hacerle frente a una serie de obligaciones y responsabilidades. Responder ante los daños y perjuicios que podamos causar a otras personas (clientes, proveedores, trabajadores, etc.) producto del desarrollo de nuestra actividad es una de ellas.
Un resbalón de un cliente dentro de nuestro local o las consecuencias de un incumplimiento de contrato (retraso en plazos de entrega, ejecución incorrecta, etc.) son algunos ejemplos de situaciones por las que tendríamos que hacernos responsables. Por ello, se hace necesario contratar un seguro de Responsabilidad Civil para Autónomos que, ante imprevistos de este tipo, nos garantice que podremos continuar con nuestra actividad económica y que será la compañía aseguradora quien se encargue de pagar la indemnización que corresponda.