Antes de conocer cuáles son los tipos de activos financieros que pone a nuestra disposición el mercado financiero, conviene entender qué son exactamente y cómo funcionan.
Un activo financiero es un instrumento de inversión que permite al inversor obtener una rentabilidad por el capital invertido. A diferencia de los activos tangibles (maquinaria, equipo de oficina, propiedades, etc.), los activos financieros carecen de valor físico, por tanto, no se contabilizan como parte del PIB (Producto Interior Bruto) de un país, pero sí forman parte de los recursos que impulsan el crecimiento económico de una sociedad.
Cuando hablamos de los diferentes tipos de activos financieros, tenemos que distinguir entre dos figuras: por un lado está el comprador quien es el que adquirirá rentabilidad de sus ahorros, y por el otro, el vendedor, cuya necesidad es conseguir financiamiento.
Los activos financieros son emitidos por las entidades económicas: compañías, comunidades autónomas, gobiernos...