Ante la necesidad de hacer crecer nuestro dinero de una forma segura y construir un patrimonio personal o familiar que nos permita llevar cierto nivel de vida y responder a contratiempos, es muy fácil confundirse y tomar decisiones equivocadas. Existe una variedad de vehículos financieros que nos aseguran cierta rentabilidad a cambio de que invirtamos nuestro capital, pero no todos se adaptan a cualquier perfil de inversor ni a las circunstancias particulares de cada persona. Hoy queremos hablarte de un producto que se ha posicionado como apto exclusivamente para personas poseedoras de un gran patrimonio. Nada más lejos de la realidad. Si alguna vez has escuchado hablar de una SICAV, pero no tienes claro cómo operan, sigue leyendo y conoce sus principales características.
¿Qué es un SICAV y cómo funciona?
Similitudes entre una SICAV y un fondo de inversión
Ahora que ya sabes qué es un SICAV, conviene entender qué similitudes comparte con un fondo de inversión. Si estás pensando en hacer crecer tus ahorros y buscas la mejor alternativa a la inversión, puedes plantearte contratar un Unit Linked. Es importante que cuentes con la información necesaria que te permita escoger aquel vehículo financiero que mejor se adapte a tu perfil y a tus expectativas de futuro.
- Ambas tipologías reúnen un capital aportado por inversores. Dicho dinero se destina a distintos tipos de activos (renta fija, renta variable, divisas, etc.).
- Ambos productos están vigilados por el mismo organismo regulador. En este caso, se trata de la Comisión Nacional del Mercado de Valores.
- En cuanto al riesgo, es posible elegir el nivel que se quiere asumir y diversificar la cartera de inversión. En cualquier caso, el capital que se invierte no puede ser destinado a un activo único.
Principales diferencias entre una SICAV y un fondo de inversión
1. Para constituir un fondo de inversión se requieren 3.000.000 euros, mientras que el importe mínimo para conformar una SICAV es de 2.400.000 euros.
2. Las Sociedades de Inversión de Capital Variable son más flexibles en cuanto a la gestión, mientras que los fondos se caracterizan por operar con políticas de inversión más estrictas basadas en la política establecida.
3. Una SICAV debe pagar un tipo de 1% sobre las plusvalías obtenidas a lo largo del año fiscal frente al 25% que pagaría una sociedad normal. Esto impacta positivamente en la rentabilidad que obtendrán los inversores.
4. Como hemos mencionado al inicio de este artículo, los fondos de inversión no cuentan con personalidad jurídica. Una SICAV sí, y es que además de constituirse sobre la base de una Sociedad Anónima, cuentan con un Consejo de Administración con capacidad de influir en la toma de decisiones a la hora de invertir y gestionar los activos.
5. Los fondos de inversión no son instrumentos autogestionables. Siempre necesitan de una entidad gestora. Por su parte, una SICAV puede gestionarse por sí misma o delegar la función a una sociedad gestora.
¿Por qué invertir en SICAV?: conoce sus ventajas
La tributación es una de sus principales ventajas, ya que solo paga el 1% del Impuesto de Sociedades sobre la rentabilidad neta obtenida en el ejercicio. Eso sí, conviene saber que si decidimos sacar el dinero, en caso de haber obtenido beneficios, tendremos que tributar como si se tratase de una venta o traspaso de acciones.
Por otro lado, antes de decidir invertir en una SICAV, el ahorrador o inversor puede acceder a informes disponibles en el sitio web de la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores). Todo un acierto antes de destinar nuestro dinero a cualquier producto financiero.
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