El Banco Central Europeo (BCE), por otro lado, está siendo tímido y no demasiado claro. Sin embargo, los mercados realmente no creen que la institución monetaria europea se detenga por un período de tiempo más largo.
¿Volverá gradualmente la política monetaria a ser más “normal”? ¿O es más probable que, después de intentos de ajustes, los primeros signos de descontento de los inversores y las partes interesadas lleven al banco central a revertir el curso de la política monetaria nuevamente?
Las dudas surgen desde el punto de vista de la inversión. Desde hacía unos años no había sido tan importante volver a poner de relieve la importancia de mover el ahorro para no perder poder de compra con el paso del tiempo. Una consecuencia directa de una tasa de inflación en España superior al 6,7%, según datos anualizados del 2021.
Por un lado, el ajuste monetario y el aumento asociado de los tipos de interés reales conlleva el riesgo de una desaceleración económica severa no intencional. Por otro, esto podría tener un impacto masivo en los mercados. La retirada del “dinero barato” amenaza entonces con turbulencias.
¿Hay algunas medidas que se pueden tomar desde el punto de vista de la inversión ante estas medidas más restrictivas de los bancos centrales? La realidad es que hay tres alternativas que siempre han de tenerse en cuenta.