Aunque ambas alternativas permiten trabajar y percibir la pensión de jubilación a la vez, no son lo mismo.
Tanto la jubilación flexible como la parcial, comparten algunas características, por ejemplo:
- En ambos casos, el salario que se percibe estará sujeto al tipo de jornada laboral. En consecuencia, la pensión de jubilación se verá reducida en función de las particularidades de dicha jornada.
- En las dos modalidades de jubilación, una vez finalice el contrato, se recalculará el monto de la pensión teniendo en cuenta las nuevas cotizaciones generadas.
Ahora bien, existen algunas diferencias que debemos tener muy claras si estamos a punto de jubilarnos, pero queremos seguir trabajando. Lo primero es que en la jubilación parcial el trabajador pasa de un contrato de trabajo a tiempo completo a uno de jornada parcial. Esto implica que la persona pueda acceder a la pensión de jubilación en la proporción de la jornada de trabajo que se reduce.
Recordemos que la jubilación flexible ocurre cuando un pensionista decide reincorporarse al mercado laboral, compatibilizando así su pensión de jubilación con un contrato a tiempo parcial. Esto quiere decir que el sujeto que está en situación pasiva como pensionista, vuelve, en parte a la situación activa.
Repasemos más diferencias entre la jubilación parcial y la flexible:
- La jubilación parcial está dirigida a trabajadores por cuenta ajena con más de 60 años, mientras que la flexible permite a los pensionistas volver a trabajar.
- En cuanto a la cotización, la jubilación parcial permite seguir cotizando a la Seguridad Social. Quienes optan por la jubilación flexible también cotizan pero, lo hacen por el tiempo invertido al mes en la actividad profesional.
- La reducción de jornada en la jubilación flexible es entre el 25 y el 50%. En la jubilación parcial este porcentaje puede alcanzar hasta el 75% si el empleador contrata a un trabajador relevista por tiempo indefinido y a jornada completa.