Han sido tiempos difíciles para los mercados y para los inversores. Incluso, para aquellos que han querido reducir su nivel de riesgo optando por multiactivos o, dicho de otra forma, carteras mixtas que conjugan acciones, bonos y otros activos. Unas carteras que han experimentado rentabilidades negativas a lo largo de 2022.
Invertir en renta fija en 2023: una opción viable
Los bonos del estado, en particular los bonos del Tesoro de Estados Unidos, podrían ofrecer las primeras oportunidades y empezar a parecer atractivos para los inversores que buscan rentabilidades a más largo plazo. Los inversores esperan que se repita la pauta histórica de que los bonos del estado se comporten mejor que otras clases de activos cuando la inflación caiga desde los máximos.
Además, la popular frase hecha sobre la compra de acciones, “no hay alternativa”, ya no es aplicable. Y las encuestas a los inversores indican unos niveles récord de efectivo en las carteras. Algunos inversores a largo plazo podrían volver a la renta fija una vez que la volatilidad de los bonos se estabilice.
En el caso de los bonos corporativos con grado de inversión, los más seguros, habría que ser precavidos por ahora. Este es el caso, en particular, de Europa, dado el temor a la recesión como consecuencia del aumento de los precios de la energía. Los diferenciales de crédito podrían ampliarse aún más y ofrecer puntos de entrada atractivos, pero sabemos que estos episodios de ampliación suelen ser efímeros. Hay que seguir echando un ojo a toda la situación.
Invertir en bolsa en 2023: depende de la recesión
Para la bolsa, las valoraciones se han vuelto más atractivas, pero principalmente porque los precios se han ajustado. Los inversores deben tener en cuenta que las expectativas de beneficios siguen siendo relativamente altas, particularmente en Estados Unidos; y podría haber margen para que bajen.
En cuanto a las bolsas europeas, donde las valoraciones parecen más justas, corren el riesgo de sufrir una recesión más larga y profunda que la que se espera en Estados Unidos. Hará falta más debilidad en el mercado para que nuestro equipo de multiactivos justifique una postura más constructiva.
El momento perfecto es imposible de predecir. Pero históricamente, la primera mitad de una recesión, que es probable que llegue a Estados Unidos en 2023, podría ofrecer un punto de entrada interesante, ya que tiende a ser cuando los precios comienzan a tocar fondo. Especialmente si la Reserva Federal continúa endureciendo de forma agresiva su política monetaria, como se espera que haga.
Por otra parte, las materias primas están demostrando ser más resistentes de lo que muchos inversores esperaban, especialmente en el sector energético. Un entorno de recesión no suele ser óptimo para esta clase de activos, pero el panorama geopolítico ofrece un soporte poco habitual.
Moraleja: la precaución antes de decidir
Un factor clave para los próximos meses será la trayectoria del dólar. La divisa está sobrevalorada, pero podría revalorizarse más. En combinación con los precios aún elevados de la energía, la fortaleza del dólar podría convertirse en un reto cada vez mayor para algunos mercados emergentes más débiles.
En general, las perspectivas sobre los multiactivos favorecen un enfoque flexible a la hora de hacer cartera con la que invertir, a medida que los inversores gestionan la transición de un entorno inflacionista a uno recesivo.
Si tienes dudas sobre cómo empezar a actuar o sobre qué tipo de estrategia se adecua mejor a tu perfil, contacta con un asesor profesional.