Cómo consecuencia de la elevada inflación, los inversores se encuentran con dificultades para conseguir una rentabilidad suficiente que sirva para cubrir el incremento del coste de la vida.
Esto resulta especialmente difícil para aquellos inversores con un perfil conservador o moderado, es decir, aquellos que huyen del riesgo. Lo es así en el caso de los ahorradores españoles, que tienen gran parte de su dinero en productos de corte conservador, como los depósitos, por temor a perder su dinero.
Los inversores de este tipo ya no pueden recurrir a los activos que tradicionalmente se consideraban seguros, como los bonos gubernamentales de países de la eurozona y los bonos emitidos por empresas con una alta calificación crediticia, porque su rentabilidad se sitúa por debajo de la inflación.
Tampoco se sienten cómodos invirtiendo en acciones o bonos high yield, bonos que dan una alta rentabilidad porque se asume un alto riesgo, especialmente en momentos de volatilidad en los mercados financieros como los vividos en los primeros meses de 2022.
Aquí es donde nace la gran oportunidad de decantarse por una inversión que se puede conocer como “todoterreno” puede ser una gran solución a este paradigma.
Por ejemplo, los fondos Allianz Dynamic Multi Asset Strategy SRI obtienen resultados gracias a la cuidadosa diversificación de sus carteras multiactivos, que combinan la renta variable global y la renta fija de la zona euro con hasta un 40% en otras clases de activos con potencial para generar retornos adicionales.
Estas inversiones varían desde bonos vinculados a la inflación, hasta bonos de alta rentabilidad, o también conocidos como “high-yield”, con la posibilidad de invertir en mercados emergentes (en renta fija y renta variable), bonos ligados a la inflación, socimis, compañías y vehículos cotizados de capital riesgo, materias primas, así como en otros activos alternativos.
¿Cuál es el objetivo que se puede conseguir con estos productos? Invertir en clases de activos adicionales es el de proporcionar la posibilidad de acceder a títulos con mayor retorno potencial que el de la renta fija gubernamental y la renta variable global de países desarrollados.
Y no solo eso, sino que igualmente aportan diversificación y cierto nivel de descorrelación, para implementar un control de riesgo más eficiente de las carteras. La duración de las inversiones en renta fija es otro componente relevante en la gestión del riesgo de todos los fondos. El equipo la gestiona activamente en un rango de entre -2 años a 10 años.
La filosofía es clara. Por un lado, identificar las tendencias de mercados, con el objetivo de aprovechar los momentos positivos y evitar las reacciones extremas. Para ello, utiliza el análisis fundamental, con el fin de realizar una correcta valoración de los activos. Y, en última instancia, se da una gran importancia a la gestión del riesgo, para supervisar los márgenes de volatilidad.
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