¿En qué punto nos encontramos? Esencialmente, es el momento de reformular lo que pensábamos que sabíamos sobre la disrupción. En un primer momento, se asociaba principalmente con el sector de la tecnología, como las nuevas plataformas que estaban haciendo temblar los medios tradicionales de las redes de transporte, los alquileres y la entrega de comida a domicilio.
No obstante, los avances en los hardware y software están empujando los factores disruptivos a más sectores y ámbitos de nuestras vidas como nunca antes se había gestado. En este caso, a un ritmo tremendamente exponencial. Una situación que abre una ventana de oportunidades que no se debería dejar escapar.
Estos avances pueden traducirse en una especie de “darwinismo digital“, un fenómeno global que barrerá algunas empresas y permitirá a otras obtener una cuota de mercado dominante, y que podría incluso afectar al orden geopolítico mundial.
¿Cómo podemos aprovecharnos como inversores de esto? Especialmente, hay tres temas de inversión interesantes ante esta nueva disrupción: el clima y tecnología; los datos y la conectividad y el hombre y la máquina.