En el ámbito económico, un futuro, comúnmente llamado forward, por su denominación en inglés, es un contrato perteneciente a la categoría de los activos financieros, en el que una parte se compromete a comprarle a la otra un activo subyacente en una fecha futura (fecha de vencimiento), acordada por ambos implicados.
El valor de dicha compra se pacta según el comportamiento del precio actual en el mercado del activo subyacente en cuestión. Este contrato supone la obligación del comprador de pagar al vendedor el valor acordado en la fecha pactada.
Normalmente, se realiza un adelanto del dinero, que oscila entre el 10% y el 20% de la transacción. Asimismo, el vendedor está obligado a vender al comprador el activo negociado en el contrato al precio fijado, independientemente del precio que tenga en la fecha de vencimiento.
Un futuro financiero puede ser emitido por cualquier entidad en el contexto de un mercado regulado. Tanto las empresas como los gobiernos pueden vender y comprar futuros.
Este tipo de contratos implica que una de las partes ganará dinero, mientras que la otra lo perderá.
El comprador hace una apuesta a largo plazo, donde confía en que el precio del activo subirá a partir de la fecha de compra del futuro hasta su fecha de vencimiento. De este modo, comprará un activo a un precio inferior al precio del mercado cuando llegue el momento de adquirirlo. Sin embargo, si el precio baja, esto significará una pérdida, pues comprará el activo por un precio superior al que se puede adquirir en la fecha de vencimiento.
Precisamente esta es la posición del vendedor, ya que al prever que el precio caerá, asegurará ganancias al tener garantizada la venta de su activo. De todas formas, el precio del activo subyacente dependerá de diversas circunstancias exógenas, como los movimientos en las bolsas de valores, la evolución de los precios, las cotizaciones y el entorno socioeconómico.
Mediante una buena negociación, la rentabilidad puede ser muy alta. No obstante, el riesgo siempre estará presente. Cuando se pacta un futuro, ambas partes tienen expectativas diferentes sobre el comportamiento del activo en el mercado.
